lunes, 20 de octubre de 2014

Carta de un padre del monton,de un niño que empieza en el deporte.


A veces intentó entender después de 37 años de práctica deportiva solo interrumpida en ocasiones por fastidiosas lesiones, que sentido tiene esto del deporte. Toda la vida tuve la suerte de contar con grandes personas, que me enseñaron de una forma u otra a disfrutar con la actividad deportiva, todos ellos intentaron hacer lo mejor para lograr lo que finalmente lograron, que viera el deporte como una forma de vida, o mejor como un reflejo de ella. El deporte me enseño a luchar por lo que quería, a sufrir para conseguirlo, a sufrir sonriendo, a saber perder y aprender de las derrotas, a saber ganar valorando y aplaudiendo al rival, a lograr superar barreras y miedos, a conocer amigos, y a otros que sin serlo me enseñaron a respetarles.


Podría estar horas hablando de todo esto, escribir un libro o dos. Por eso a veces no entiendo bien ciertas actitudes que veo en el deporte, igual a alguien se le olvidó enseñarme que eso existía, pensaréis. No a nadie se le olvidó , en realidad me mostraron que eso no era deporte, que eso que algunos lo consideraban deporte también , era solo el refugio de los que no entendían bien de que iba esto, que no sabían interpretar o no les habían enseñado que significa esto llamado deporte.


Puedo entender con dificultad el forofismo en un espectador de un deporte profesional, que sea su medio de dar rienda suelta a sus frustraciones, miedos, o incomprensión. Pero dentro de un formador de deportistas, dentro de un deportista, no no lo entiendo.


Que un deportista o un formador, no entienda el respeto al contrario y al juez, el valor del esfuerzo propio y el de los demás, es como un médico que no entienda que su meta es salvar una vida, que simplemente piense que una vale más que otra.


Deberíamos pararnos a pensar quien nos mira cuando chillamos a un árbitro, quien nos escucha cuando menospreciamos a un contrario porque perdió, quien nos lee cuando opinamos que un jugador o equipo son ridículos, o "malos" o muy "burros".


Alguien me podría decir que tiene derecho a criticar, cierto, a expresar su opinión, cierto, a comentar una acción deportiva y calificarla, cierto. Pero todos los derechos saltan por los aires cuando nos saltamos uno fundamental, el RESPETO. Se puede criticar, expresar opiniones, calificar, comentar desde el respeto e incluso ser duro desde el respeto. No digamos o escribamos lo que no nos gustaría oír de nosotros a los demás.


Utópico, para algunos tal vez, pero conozco a muchos, por suerte en estos años de vida deportiva, que han sabido ser y vivir el deporte y lo siguen haciendo desde el respeto, desde el disfrutar realizando o siendo espectador del esfuerzo. Con una sonrisa que muestra con orgullo a los demás.

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